Cuando los aficionados al fútbol debaten sobre quién es el verdadero “GOAT”, las cifras suelen entrar en juego. Goles, asistencias, trofeos e influencia moldean la narrativa. Sin embargo, entre todas esas métricas, hay una que se destaca como prueba de talento e instinto puros: los goles marcados sin penaltis. Y en esta categoría, Lionel Messi reina absoluto — el número uno incuestionable en la historia del fútbol.
Durante años, los críticos y los rivales intentaron minimizar los logros de Messi señalando estadísticas infladas por los penaltis. Alegaban que muchos delanteros construyeron sus récords desde el punto de penalti, un lugar donde las probabilidades favorecen enormemente al tirador. Pero la carrera de Messi cuenta otra historia. Su registro goleador, inigualable en consistencia y arte, se ha construido principalmente en jugadas abiertas, tiros libres y momentos de genialidad que ningún silbato arbitral pudo fabricar.
A diferencia de algunos de sus más grandes rivales, los goles de Messi no están inflados con lanzamientos desde los once metros. Cristiano Ronaldo, por ejemplo, ha sido apodado “Penaldo” por detractores debido a su gran dependencia de los penaltis para aumentar sus cifras. Aunque el portugués es indiscutiblemente un especialista desde el punto de penalti, la comparación resalta la fortaleza única de Messi: él nunca necesitó esa muleta. Sus goles nacen de regates imposibles, tiros libres perfectos o definiciones tras jugadas colectivas. Cada uno se siente más auténtico, más merecido y, sobre todo, más impresionante.
Basta con repasar los mejores momentos de su carrera para ver un patrón de goles extraordinarios que definieron épocas. Desde su carrera en solitario contra el Getafe en 2007, evocando el gol mítico de Maradona contra Inglaterra, hasta sus exhibiciones en la Champions League desmantelando las mejores defensas de Europa, el arte de Messi brilla en su máxima expresión cuando las probabilidades están en su contra. Son goles que ningún penalti puede imitar. Nacen de visión, equilibrio, inteligencia y, sobre todo, valentía.
Incluso en la recta final de su carrera, ya en sus treinta y tantos, Messi sigue demostrando por qué es el punto de referencia. En la MLS con Inter Miami, no da señales de desacelerar, produciendo goles y asistencias con la misma magia natural que sus seguidores han admirado por casi dos décadas. Y aún así, cuando los analistas revisan las cifras, emerge un hecho irrefutable: nadie en la historia del fútbol ha marcado más goles sin penaltis que Lionel Messi. Eso no es solo un récord — es una declaración de pureza.
Para muchos aficionados, este logro sella de una vez por todas su estatus de GOAT. Los goles sin penaltis representan algo más auténtico, más difícil. Se trata de encontrar espacios, superar defensores y definir bajo presión en el juego real. Mientras que los penaltis forman parte del fútbol, carecen de la creatividad e imprevisibilidad de las jugadas abiertas. Messi prospera en ese caos. Crea orden donde no lo hay, belleza donde otros ven muros de defensores.
Lo que hace aún más notable este logro es su doble rol como goleador y creador. A diferencia de muchos delanteros que solo viven del gol, Messi orquesta partidos enteros. Baja al medio campo, construye ataques y muchas veces da la asistencia antes de marcar él mismo. Eso significa que incluso cuando no anota, define el encuentro. Y cuando sí lo hace, suele ser en situaciones que parecen imposibles.
Entonces, ¿quién es el GOAT? Para algunos, seguirá siendo un debate subjetivo, con los fanáticos de Ronaldo, los defensores de Pelé e incluso los leales a Maradona defendiendo a sus ídolos. Pero cuando la conversación gira hacia los goles — los goles sin penaltis — Lionel Messi se queda solo. No es solo un rompe-récords; es el símbolo del fútbol jugado como debería ser: hermoso, valiente y puro.
La historia de Messi aún no ha terminado, pero su legado ya es inmortal. Cada gol sin penalti añade otra pincelada a la obra maestra que viene pintando desde su adolescencia en Barcelona. Y, lo ames o lo critiques, los números no mienten: Lionel Messi es la leyenda número uno del fútbol cuando se trata de marcar goles de la manera más difícil — sin penaltis.