El fútbol siempre ha sido un terreno fértil para las historias de admiración, legado y símbolos que trascienden el deporte. En esta ocasión, el protagonista es Franco Mastantuono, la joven promesa argentina del Real Madrid que ha sorprendido al mundo al mostrar públicamente su respeto y devoción hacia Lionel Messi, a quien considera su máximo ídolo y el mejor futbolista de todos los tiempos.
La revelación de un detalle muy personal generó impacto en la prensa y en los aficionados: Mastantuono lleva tatuada la fecha “18/12/22”, el día en que la selección argentina levantó la Copa del Mundo en Qatar tras vencer a Francia en la final más vibrante de la historia. Para el joven mediocampista, aquel 18 de diciembre no fue solo una jornada gloriosa para su país, sino también el momento que marcó su vida como hincha y futbolista en formación.
Un tatuaje con mucho significado
En Argentina, la conquista del Mundial 2022 significó el cumplimiento de un sueño colectivo largamente esperado. Treinta y seis años después del último título mundial con Diego Armando Maradona, fue Lionel Messi quien lideró a la “Scaloneta” hacia la gloria. Para Mastantuono, que entonces apenas era un adolescente, ese instante quedó grabado a fuego en su memoria y ahora también en su piel.
El tatuaje de “18/12/22” no es un simple número: es un símbolo de inspiración, un recordatorio constante de que los sueños, por más imposibles que parezcan, se pueden lograr con esfuerzo, humildad y pasión. Y, sobre todo, es un homenaje a Messi, a quien Mastantuono no duda en llamar “el más grande de todos los tiempos”.
La elección del número 30
Además del tatuaje, Mastantuono ha decidido utilizar el número 30 en su camiseta, otro gesto cargado de admiración hacia el capitán de la selección argentina. Ese fue el dorsal que Messi llevó en sus inicios en el FC Barcelona y el mismo que utilizó en el Paris Saint-Germain. Para Mastantuono, vestir ese número es una manera de mantener presente la figura de su ídolo en cada partido.
Este detalle, aunque pueda parecer pequeño, habla mucho del carácter del joven jugador: un chico que no teme reconocer a sus referentes, que construye su propio camino con respeto a la historia y que utiliza la figura de Messi como guía para su carrera profesional.
La paradoja madridista
Lo curioso del caso es que Mastantuono juega en el Real Madrid, un club históricamente vinculado a la rivalidad con Messi debido a sus años dorados en el Barcelona. Que una de las promesas del conjunto blanco tenga como ídolo absoluto a quien fue el máximo verdugo de los merengues en tantos clásicos resulta una paradoja fascinante y hasta poética.
Sin embargo, lejos de generar rechazo, este gesto ha sido visto como una muestra de sinceridad y autenticidad. Muchos aficionados del Madrid han destacado que, a pesar de la rivalidad, nadie puede negar la grandeza de Messi ni el impacto que ha tenido en generaciones enteras de futbolistas.
Una nueva generación marcada por Messi
El caso de Mastantuono refleja cómo la influencia de Lionel Messi trasciende camisetas, fronteras y rivalidades históricas. La nueva generación de jugadores argentinos ha crecido viéndolo romper récords, levantar trofeos y, finalmente, cumplir su sueño más grande con la Copa del Mundo.
Para ellos, Messi no solo es un ícono deportivo, sino un modelo de perseverancia. Desde Rosario hasta París, pasando por Barcelona y Doha, su historia ha servido como motivación para millones de jóvenes que ahora buscan seguir sus pasos. Mastantuono es el mejor ejemplo de ello: un chico que, a pesar de estar en uno de los clubes más poderosos del mundo, nunca esconde la influencia que Messi ha tenido en su vida.
El futuro por delante
Con apenas unos pocos partidos en la élite, Mastantuono ya ha llamado la atención de la afición madridista y de los medios internacionales. Su talento, visión de juego y personalidad dentro del campo lo proyectan como una de las futuras figuras del fútbol argentino y mundial.
El tatuaje de “18/12/22” y el número 30 en su camiseta no son simples detalles estéticos: son declaraciones de identidad, señales claras de que Mastantuono quiere construir su carrera recordando siempre de dónde viene y hacia dónde va. Y, sobre todo, reconociendo que su camino está marcado por la luz de un referente inigualable: Lionel Messi.
En un mundo del fútbol cada vez más mediático, donde la rivalidad a veces se lleva al extremo, la historia de Mastantuono demuestra que la admiración y el respeto también tienen un lugar privilegiado. Quizás, dentro de unos años, cuando el joven mediocampista alcance su madurez futbolística, este tatuaje y este número en su espalda se conviertan en símbolos de una nueva era. Una era donde los ídolos inspiran a sus herederos, y donde la grandeza de Messi sigue multiplicándose en cada rincón del planeta.